viernes

Sobre el arte un vacío






Una vasija...

Las artes crean un encuentro de mundos imaginarios para el artista y el espectador este encuentro se produce en el vacío de las piezas, los artistas crean obras incompletas que se encuentran terminadas dentro de la falta.

Las piezas terminadas están fuera de la existencia de la metáfora, de lo inequívoco con lo inacabado, por lo tanto la pieza solo encuentra su lugar en la reinterpretación del espectador.

La labor del artista radica en crear piezas que estén terminadas en el momento que se encuentra en su hiancia, este vacío inminente en las piezas no es apreciable en lo común de la interpretación de las mismas, el vacío de las obras es la herramienta de surrealidad que marca una trasmutación en la expectación de la obra, el vacío se construye en el deseo del artista ahí donde pone en juego su realidad y su falta crea en el para el otro su Deseo.

El vacío genera un encuentro entre el espectador y el artista, un juego interpretativo donde la realidad se va transmutando para formar imágenes completamente efímeras, imágenes invisibles llenas de acciones interminables.

Cuando nos encontramos con una imagen, y esa imagen logra cautivar nuestra mirada, la observamos con una carga prejuiciosa que elabora la constitución final de aquello que esta presupuesto a hacer mirado, es decir nos enfrentamos a nuestra prefabricación imaginaria. Esta pre-edificación de imágenes tienes su génesis en el vacío de la palabra, esté vacío trata de ser llenado aferrándose a cadenas infinitas de significantes creando discursos que emanan del deseo y se ponen en juego en el mirar.

En el arte este deseo se constituye en el cruce del deseo entre el artista y espectador, creando mundos imaginarios que permiten el movimiento lúdico de aquello que hace falta, en el arte nos encontramos la imagen del Otro, de un otro metafórico, una efigie espejeada de un contrario inaccesible en lo real pero alcanzable en lo simbólico.