martes

Caricias Oculares

Caricias oculares.

Golpean a la puerta sale apresurado del apartamento, se le hizo tarde una vez más. En la puerta se detiene abruptamente al encontrarse con un par de cuerpos vestidos en ponchos negros tan obscuros que reflejaban la luz de la noche. Un encanto se apodera de David, un instante sin tiempo, el hechizo se pausa al escuchar una voz que demanda entrar, la razón impera y niega la entrada.

Un instante después David se encuentra en su sala sentado frente a ellas, un vacío de palabras inunda la habitación. Las paredes escurren susurros y los objetos se desvanecen. La conversación continua, el silencio se rompe, un sonido vibra desde las entrañas de David -- ¿quién eres?-- la mirada se dirige a las sombras en la pared detrás del sillón interceptadas por el reflejo de un cuadro que anhela ser mirado. El ambiente evoca un suspiro y el oxigeno corre nuevamente. Se siente un alivio.

La mirada cuadriplicada se enfoca directo al pecho de David le arranca los huesos explotando la carne y su sangre en la pared pinta aquellos susurros, delineando versos que responden el enigma.

En un parpadeo David lee aquellos hermosos y escurridizos trazos; Sabe que no hay nadie más en el

mundo: todos los otros seres han muerto, comienza a entender la naturaleza de la situación un par de pares, haciendo su existencia más cotidiana de lo normal. La autómata actitud del par resonaban en unísono tejiendo la red del sueño en el que David vivía,   Entre cada hilo se deslizaba y cabalgaba su alma y en cada aparición el mismo instante se repetía mostrándose como una dulce revelación; Una mujer está sentada sola en una casa observando aquella habitación.  


"Sola y su alma, cuento a partir del cuento  de Thomas Bailey,
Una mujer esta sentada sola en su casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo;todos los otros seres han muerto. Golpean a la puerta. 

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